En nuestra última jornada en el Colegio Fridaskolan de Gotemburgo, hemos participado en un meeting con los representantes de Programas Internacionales de las cinco escuelas que componen el grupo educativo Frida. Durante esta reunión, hemos tenido la oportunidad de mostrar nuestra línea de trabajo en el Colegio Balmes. Todos hemos sido conscientes de la importancia de la internacionalización de nuestros centros educativos y del impacto directo en toda la comunidad educativa.
Con puntualidad sueca, compartimos una comida con los maestros y esperamos al famoso baile que realizan cada viernes antes de finalizar las clases. Todos se reúnen en el impresionante hall del centro para despedir la semana. Tras unos momentos melancólicos, nos alejamos de Fridaskolan Göteborg con la mochila bien llena de conocimiento e instantes muy emotivos.
Por la tarde, decidimos hacer un poco de turismo urbano. Nos calzamos zapato cómodo y subimos a unos de los puntos más altos del centro de Göteborg: la fortaleza Skansen Kronan. Debemos hacer tiempo hasta la noche ya que aún nos queda el último evento, la cena con algunos de los maestros implicados en el proyecto.
El Programa Erasmus+ nos ha brindado la oportunidad de trabajar fuera de nuestra zona de comfort y abrirnos al mundo, pudiendo compartir experiencias y conocimientos de primera mano con otros profesionales de la enseñanza. A partir de ahora sólo queda mirar hacia delante. Este viaje ha servido para asentar las bases de futuras colaboraciones pues tenemos una visión similar de la educación con nuestros colegas suecos.
Desde aquí queremos agradecer la cálida acogida por parte de todo el personal de Fridaskolan, particularmente a Karin Helmerson por su implicación y dedicación para con nosotros. Nos han hecho sentir parte de la familia Fridaskolan desde nuestra llegada. Decir que este tipo de proyectos serían imposibles sin el apoyo económico del Programa Erasmus+, gestionado a través del Servicio Español para la Internacionalización Educativa (SEPIE). Por último, queremos dar las gracias a nuestros compañeros del Colegio Balmes por el esfuerzo realizado en nuestra ausencia. Estamos deseosos de transmitir todo lo aprendido estos días.
Hasta la próxima.
Con puntualidad sueca, compartimos una comida con los maestros y esperamos al famoso baile que realizan cada viernes antes de finalizar las clases. Todos se reúnen en el impresionante hall del centro para despedir la semana. Tras unos momentos melancólicos, nos alejamos de Fridaskolan Göteborg con la mochila bien llena de conocimiento e instantes muy emotivos.
Por la tarde, decidimos hacer un poco de turismo urbano. Nos calzamos zapato cómodo y subimos a unos de los puntos más altos del centro de Göteborg: la fortaleza Skansen Kronan. Debemos hacer tiempo hasta la noche ya que aún nos queda el último evento, la cena con algunos de los maestros implicados en el proyecto.
El Programa Erasmus+ nos ha brindado la oportunidad de trabajar fuera de nuestra zona de comfort y abrirnos al mundo, pudiendo compartir experiencias y conocimientos de primera mano con otros profesionales de la enseñanza. A partir de ahora sólo queda mirar hacia delante. Este viaje ha servido para asentar las bases de futuras colaboraciones pues tenemos una visión similar de la educación con nuestros colegas suecos.
Desde aquí queremos agradecer la cálida acogida por parte de todo el personal de Fridaskolan, particularmente a Karin Helmerson por su implicación y dedicación para con nosotros. Nos han hecho sentir parte de la familia Fridaskolan desde nuestra llegada. Decir que este tipo de proyectos serían imposibles sin el apoyo económico del Programa Erasmus+, gestionado a través del Servicio Español para la Internacionalización Educativa (SEPIE). Por último, queremos dar las gracias a nuestros compañeros del Colegio Balmes por el esfuerzo realizado en nuestra ausencia. Estamos deseosos de transmitir todo lo aprendido estos días.
Hasta la próxima.