Desayunamos a las
6:00 i volamos hacia Joensuu. Nada más
aterrizar nos impresiona la cantidad de nieve que hay por todos lados. Tuula nos espera en el pequeño aeropuerto. Nuestra primera impresión es que se trata de
una persona adorable e implicada en todo lo que hace.
Nos propone ir a su
casa mientras hacemos tiempo para registrarnos en el hotel. De camino, nos da breves indicaciones de los
principales edificios y lugares significativos de la localidad.
Llegamos a su
casa. Nos quitamos los zapatos, como
marca la tradición finlandesa, y nos ponemos unos calcetines de lana. Empezamos a hablar con ella y su marido, un
apasionado de la novela histórica.
Climatología, política, deporte o educación son algunos de los temas
sobre los cuales departimos.
Seguidamente nos invita a tomar un té con toda una degustación de
productos típicos.
Volvemos a la sala
de estar y nos proporciona un planning semanal que ha estado elaborando, y en
el que se contemplan visitas a cuatro centros escolares, así como distintas
actividades culturales. Nos comenta que
se trata de un programa abierto, y que ella se adaptará en todo momento a
nuestras necesidades. Hemos hecho
hincapié en los aspectos relacionados con la gerencia y organización en los que
José está interesado. Creemos que se
trata de la tarea más difícil de conseguir, ya que no depende de ella, sino del
“headmaster” de cada centro. Después de
leer y consensuar el planning, nos damos cuenta de que se han tenido en cuenta
en todo momento nuestras preferencias y objetivos, ya que Tuula ha escogido
clases y sesiones de diferentes asignaturas y edades. Quizá sólo sería interesante añadir o cambiar
alguna, como por ejemplo la posibilidad de realizar una visita a un aula de
Educación Infantil.
Tras ese primer
encuentro con Tuula nos dirigimos hacia el hotel, donde nos registramos y
descansamos un poco. Hemos vuelto a
quedar con ella más tarde, ya que ha tenido la deferencia de invitarnos a cenar
junto a su marido.
Tuula viene a
buscarnos al hotel y vamos de camino a su casa.
Llegamos y tiene todo preparado.
En la mesa, todo un “carelian stew”, con salmón marinado, ensalada, puré
de patata, zanahoria y otras delicatessen, todo ello acompañado de un vino
francés. De nuevo surge el debate
político y la situación económica española.
Están interesados en el paro juvenil, la sanidad y un posible avance
ruso. Nos han explicado que Finlandia
tiene una historia muy reciente, unos 100 años de independencia (antes había
pertenecido a Rusia y Suecia). En cuanto
a la educación, le hemos explicado que a menudo tenemos maestros en prácticas
en nuestro colegio. Aquí también se da
el caso, pero no es tan frecuente, ya que los profesores no quieren tenerlos en
el aula.
Igualmente a ambos
les preocupa el uso prolongado de los móviles.
Compartimos la necesidad de utilizar nuevas tecnologías en el aula, pero
también el hecho de que actualmente vivimos una pérdida de identidad. Jóvenes que no se miran a la cara, no se
socializan.
La pareja, que ha
visitado España en diversas ocasiones, demuestra haber adquirido nuestro
sistema de sobremesa, donde se comenta todo lo sucedido durante el día. Ahora hablamos sobre la economía finlandesa,
basada principalmente en madera, productos lácteos y energía nuclear.
Tras acabar la
cena, nos ha sorprendido con una mala noticia.
Tuula se retira en primavera. Nos
comenta que quizá debería haberlo comentado con anterioridad, pero no encontró
ocasión. Por otro lado, nos ha ofrecido
la oportunidad de conseguir otro contacto para continuar con nuestras
movilidades, y nos lo presentará mañana.
La velada termina
con una charla en el salón relacionada con cultura, tanto española como
finlandesa. Nos enseña varias
fotografías mientras intercambiamos ideas sobre posibles regalos para nuestros
allegados.
Nos acompaña al
hotel y entramos en la habitación muy esperanzados e ilusionados.
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